viernes, 10 de septiembre de 2010

Saurio de Castro.



En La Biblia se cuenta que Saulo de Tarso -hostigador de cristianos- cayó de su transporte equino, fue iluminado por el ser supremo, quedó ciego, recuperó la visión, y luego el criminal se convirtió a la doctrina de sus víctimas. Miles de años después, Fidel Castro cae enfermo hasta quedar casi muerto, revela que atravesó un calvario, resucito, se recuperó parcialmente, se arrepiente de su homofobia, y admite el fracaso del sistema económico impuesto en Cuba por el partido político que él dirige.


Quizás este mimetismo del dictador es una de las causas por las que el estado socialista, opuesto a cualquier diálogo auténtico, otorgó la plaza de mediador al cardenal Jaime Ortega. Otros motivos podrían ser la tendencia anti embargo del cardenal, y su desprecio por quienes desean echar del poder a los comunistas.


Tan es así que Ortega acusó de ofender a la iglesia a un grupo de opositores que se quejó al Papa Benedicto XVI de la forma en que el cardenal efectúa dicha mediación, pero no dijo nada contra los laicos de La Habana que en su periódico excomulgaron verbalmente a los anticomunistas del futuro de Cuba y por tanto de la sociedad.


Por esas y otras certezas, algunos cubanos creen que se ha puesto en marcha una operación de inteligencia para maquillar de aperturista al represivo estado cubano con los objetivos de que le levanten el embargo y le concedan créditos bancarios en moneda dura, a cambio de actos mínimos como trocar injustas penas de cárcel por destierro y admitir algunas culpabilidades sin recibir castigo por ellas.


Unos comentan que esa tarea de inteligencia fue nombrada “operación camaleón”, otros afirman que “lagartija”, y hay quienes la llaman “iguana” pero, aunque se desconoce el nombre exacto de la misma, ellos coinciden en que el partido comunista (PCC) finge convulsiones democráticas con las cuales espera manipular exitosamente a los sujetos de interés para proseguir usurpando el poder.


A ese contexto se suman los misteriosos viajes del conciliador Jaime Ortega a las entrañas del monstruo imperialista, donde es recibido por funcionarios de un gobierno tentado continuamente por supracapitalistas de los ramos de la telefonía, la agricultura, la hotelería y otros cuya ambición de ganancias supera cualquier consideración ética o deber solidario con los oprimidos.


La tesis del Dr. Salvador Borrego, respecto a que supracapitalismo y comunismo terminan siendo aliados porque aquél necesita mercados y mano de obra barata y éste los tiene, se ha confirmado en el caso de China pero Cuba podría ser la próxima nación en la lista de consumarse la operación donde el regenerado Saurio de Castro es la porción más visible del témpano comunista.


Lázaro González Valdés, ex preso de conciencia.
Miami, Septiembre 9,2010.

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